Ante la escasez de medicamentos en los Alpes Marítimos, "¡vamos directos hacia un muro!", afirma el presidente del sindicato de farmacéuticos del departamento.

El jueves, sus representantes pidieron una prórroga de la huelga contra el recorte gubernamental a los descuentos comerciales. El último arbitraje (30% para genéricos, 15% para biosimilares) no ha apaciguado su indignación.

¿Es esta escasez de medicamentos de una magnitud sin precedentes?

Estamos alcanzando niveles sin precedentes. Este aumento es exponencial. ¡Nos dirigimos directamente hacia un muro! Pasamos el tiempo buscando moléculas, y no las encontramos.

¿Cuales son las causas?

El gobierno quiere trabajar con un presupuesto constante. Sin embargo, las necesidades están aumentando. La población está envejeciendo y brindamos mejor atención médica, pero con productos más caros. Sin embargo, el 42% del monto pagado por medicamentos se basa en el 1% del volumen. Estos productos carísimos están devorando el presupuesto para la compra de medicamentos de uso diario. Trabajar con un presupuesto constante significa reducir el precio de medicamentos obsoletos para el colesterol, las alergias, el cáncer, etc. El resultado: para todos estos pacientes, obtenerlos se ha convertido en una verdadera lucha.

A primera vista, podrías pensar que los precios bajos son una ventaja…

Pero vivimos en un mercado globalizado. Como cualquier minorista, los laboratorios responden primero a la demanda más cara. Si bajamos ese precio, ¡el fabricante será el último en distribuir a Francia! Nos estamos poniendo en una situación disruptiva. Tenemos que dejar de pensar que la medicina es un recurso inagotable. Solo tenemos un pastel para compartir, y la demanda global está en pleno auge.

¿Qué consecuencias tienen estas roturas para los pacientes tratados por patologías graves?

En el mejor de los casos, genera estrés. ¡Conozco a gente que corre a todas las farmacias de los Alpes Marítimos! A otros, se les niega el acceso a estos tratamientos. Es una oportunidad perdida para los pacientes. Esto conlleva nuevas consultas, incluso hospitalizaciones. Hay muchos efectos secundarios muy graves: riesgo de ictus, intentos de suicidio tras dejar un antidepresivo, etc.

¿Y para los farmacéuticos?

Pasamos horas haciendo malabarismos con nuestros proveedores, en detrimento de nuestras otras misiones. Nos enfrentamos al estrés de los pacientes. ¡El objetivo de nuestro trabajo no es ser simples vendedores ambulantes! Además, está el problema del margen. En Francia, una farmacia cierra a diario por problemas de rentabilidad. Las más débiles son las que más atienden a la población, en pueblos y pequeñas ciudades… Después de Correos y la escuela, perdemos la farmacia del pueblo.

¿Qué soluciones me recomiendan?

Entendemos que es necesario ahorrar. Existe el mercado de biosimilares: nos gustaría tener las mismas herramientas y derechos que para los medicamentos genéricos. Además, deberíamos mantener el precio de los medicamentos maduros, o incluso subirlo. ¡Allí, algunos medicamentos se venden por menos de un euro!